En el año 1902 desembarca en Santa Catarina el inmigrante alemán Augusto Emilio Klimmek. Con 250 contos de réis (moneda de aquellos años) en el bolsillo y una maleta llena de sueños. Trabajó mucho hasta fundar en 1929 en la ciudad de São Bento do Sul, una fábrica de cepillos.

Con el sueño de ver sus productos en todos los hogares de Brasil, país que escogió para vivir, se inspiró en el ave más grande del mundo para bautizar su marca: El cóndor. Y así, como esta grandiosa ave de los Andes, sus productos volaron alto y lejos, e hicieron la vida de la gente más práctica.

¡Su sueño se hizo realidad! Hoy Cóndor es la fábrica más grande de cepillos de América Latina – presente en todo Brasil y en más de 30 países. Emplea a más de 1200 personas que trabajan con mucho orgullo en la fabricación de más de 1500 utensilios y accesorios para el cuidado personal y del hogar. Seguramente, usted tiene uno de estos productos en su casa. ¡Puede comprobarlo!